Cultivadas a más de 1800 metros sobre el nivel del mar en el corazón del Valle del Famatina, nuestras nueces absorben la esencia de la montaña.
Cosecha manual. Cada nuez es seleccionada a mano en su punto óptimo de maduración, garantizando la máxima calidad y evitando daños.
Secado perfecto. En nuestros hornos especiales, las nueces se secan lentamente hasta el punto justo de humedad, garantizando máxima crocancia y prolongando su vida útil.
Selección rigurosa. Cada nuez es inspeccionada para garantizar que cumpla con nuestros altos estándares de calidad. Se eliminan aquellas con algún tipo de defecto, como grietas o manchas.
Sin intermediarios. Así evitamos que las nueces sufran daños durante el transporte y almacenamiento, lo que garantiza que lleguen al consumidor final en las mejores condiciones.
En las alturas andinas, donde la tierra fértil y el esfuerzo familiar se encuentran, cultivamos tradición y calidad. Generación tras generación, hemos cuidado nuestros nogales con amor por la naturaleza y respeto por cada fruto.
Cada nuez seleccionada a mano es un símbolo de esfuerzo, sostenibilidad y compromiso. Desde nuestras montañas, llevamos a tu mesa el sabor único de nuestras nueces de altura, un pequeño trozo de naturaleza en cada bocado.
Tradición e innovación, trabajando juntas por un futuro mejor.